Infertilidad secundaria, ¿deberías dejar de intentarlo?
¿Tiene dificultades para concebir un segundo hijo después de haber tenido fácilmente el primero? Muchas parejas se enfrentan a la infertilidad secundaria, un reto común pero a menudo inesperado. Esta afección afecta aproximadamente al 11% de las parejas en Estados Unidos. Convierte un viaje sencillo en una experiencia compleja y difícil.
¿Qué es la infertilidad secundaria?
La infertilidad secundaria se produce cuando las personas o parejas tienen problemas para quedarse embarazadas de un hijo posterior, a pesar de haber dado a luz anteriormente. Este tipo de infertilidad es una causa frecuente de problemas de fertilidad.Ocurre con más frecuencia que en los casos en que las parejas nunca han podido concebir. Suele afectar a personas de entre 30 y 40 años. Esto es especialmente cierto para aquellos que intentan tener hijos a una edad más avanzada.Causas de infertilidad secundaria
La infertilidad secundaria puede deberse a diversos factores que pueden afectar a cualquiera de los dos miembros de la pareja.En el caso de las mujeres, los motivos de infertilidad pueden incluir cambios en la salud reproductiva debidos a la edad, complicaciones de embarazos anteriores como cicatrices uterinas y fibromas uterinos, o la aparición de afecciones como insuficiencias hormonales. La obstrucción de las trompas de Falopio también puede impedir la concepción. Estos factores pueden contribuir a los problemas para concebir un segundo hijo.En el caso de los hombres, las alteraciones de las características espermáticas, como el recuento, la movilidad o la morfología de los espermatozoides, pueden ser factores importantes, a menudo afectados por la salud personal, las decisiones sobre el estilo de vida o el envejecimiento. La disminución de la producción de espermatozoides y de su calidad general son factores comunes.Las influencias ambientales y los hábitos de vida, como el aumento del peso corporal, los elevados niveles de estrés y el sedentarismo, también pueden influir significativamente en la fertilidad.Aunque hay muchas medidas que puede tomar por su cuenta para hacer frente a la infertilidad secundaria, también existen varios tratamientos médicos, que analizaremos en detalle más adelante.¿Qué puedo hacer con la infertilidad secundaria?
Antes de considerar las intervenciones médicas para la infertilidad secundaria, hay medidas proactivas que puede tomar para mejorar su fertilidad. Las parejas sanas suelen tener entre un 20% y un 25% de probabilidades de concebir en cada ciclo.- Evalúa tu enfoque preconcepcional: Reflexiona sobre si has estado tan atenta al seguimiento de tu fertilidad como con tu primer embarazo. El seguimiento regular del ciclo o el uso de un kit de predicción de la ovulación pueden aumentar significativamente tus posibilidades de concebir.
- Ajuste su alimentación: Las elecciones nutricionales desempeñan un papel crucial en la fertilidad. Considere si los cambios en su dieta o el aumento del consumo de cafeína afectan a su fertilidad y realice los ajustes necesarios.
- Controle su peso: El aumento de peso desde su último embarazo puede afectar a la fertilidad. Intenta mantener un IMC saludable para mejorar tu salud reproductiva.
- Consideraciones sobre el estilo de vida: Reevalúe sus hábitos diarios, como el consumo de alcohol o la falta de sueño, que pueden afectar negativamente a la fertilidad. Tenga en cuenta los hábitos de su pareja, como el consumo de alcohol, el vapeo o el tabaquismo, que pueden afectar a la calidad del esperma.
- Revise su salud: Revisa cualquier medicamento nuevo o problema de salud que haya surgido desde tu último embarazo. A veces, unos cambios sencillos, como cambiar de medicación o controlar mejor un problema de salud, pueden mejorar tus posibilidades de concebir.
¿Cuál es la diferencia entre infertilidad primaria e infertilidad secundaria?
La infertilidad primaria se produce cuando una mujer no puede concebir su primer hijo tras intentarlo durante un año sin utilizar métodos anticonceptivos. Este tipo de infertilidad significa que la mujer nunca ha logrado un embarazo.En cambio, la infertilidad secundaria se produce cuando una mujer ha tenido uno o más hijos pero lucha por volver a concebir. Aunque ambas situaciones implican dificultades para concebir, la infertilidad secundaria se refiere específicamente a las dificultades que aparecen tras un embarazo anterior.¿Cuándo debo pedir cita con un especialista en fertilidad?
Decidir cuándo buscar ayuda para la infertilidad secundaria puede depender en gran medida de su edad y de sus experiencias previas en materia de fertilidad.Supongamos que tiene menos de 35 años y lleva un año intentando concebir. En ese caso, se recomienda consultar al médico o consultar a un especialista en fertilidad. Este plazo permite realizar suficientes intentos y, al mismo tiempo, abordar los posibles problemas en una fase temprana.A partir de los 35 años, se recomienda buscar orientación tras seis meses de intentos. Dado que la fertilidad puede cambiar con la edad, una intervención precoz puede ser crucial. Si usted o su pareja tienen más de 40 años, es aconsejable empezar con una evaluación de la fertilidad, porque tanto la fertilidad masculina como la femenina disminuyen con la edad, y esto puede afectar a la calidad general del esperma.Además, si usted o su pareja tienen problemas de fertilidad conocidos o antecedentes de dificultades para concebir, es aconsejable consultar a un especialista desde el principio. El tratamiento de la infertilidad secundaria suele seguir protocolos similares a los utilizados para la infertilidad primaria, centrándose en identificar y tratar eficazmente las causas subyacentes.Una vez que haya decidido buscar ayuda de un especialista en fertilidad, se pueden considerar varias opciones de tratamiento en función de sus circunstancias específicas. Los tratamientos como la fecundación in vitro (FIV) y la inseminación intrauterina (IIU) se encuentran entre los métodos más eficaces para tratar la infertilidad secundaria. Cada método tiene sus particularidades, que pueden adaptarse para abordar las causas subyacentes de sus problemas de fertilidad.Consejos para afrontar la infertilidad secundaria
Afrontar la infertilidad secundaria implica retos emocionales únicos, además de las dificultades habituales de intentar concebir. Es importante gestionar estos sentimientos de forma constructiva y mantener una perspectiva equilibrada.- Reconoce tus emociones: Es natural sentir una mezcla de decepción, conmoción y culpabilidad cuando se experimentan dificultades para concebir de nuevo, especialmente si el primer embarazo fue sencillo. Reconoce estos sentimientos como una respuesta válida a tu situación en lugar de desestimarlos.
- Comunícate abiertamente: Mantén abiertas las líneas de comunicación con tu pareja y hablad de vuestros sentimientos y frustraciones. Es importante que os apoyéis mutuamente en este viaje y que comprendáis que a veces es normal sentirse abrumado.
- Busca apoyo: Unirse a grupos de apoyo o ponerse en contacto con otras personas que se enfrentan a problemas similares puede ser increíblemente útil. Estos grupos ofrecen un espacio para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento, reduciendo los sentimientos de aislamiento.
- Céntrese en el autocuidado: Dé prioridad a su salud física y emocional. Participe en actividades que le resulten relajantes y satisfactorias, lo que puede mejorar su bienestar general y su capacidad de recuperación.
- Pase tiempo de calidad con su familia: Mientras se enfrenta a problemas de fertilidad, es esencial que valore y aproveche al máximo el tiempo que pasa con su familia. Esto ayuda a mantener una sensación de normalidad y alegría en tu vida.
- Explora todas las opciones: Si los métodos tradicionales de concepción resultan difíciles, plantéate estudiar otras posibilidades con un especialista en fertilidad, como la inseminación artificial o la fecundación in vitro, que podrían aumentar tus probabilidades de éxito.
- Planifique actividades no relacionadas con la fertilidad: Organice con su pareja actividades no relacionadas con la concepción. Esto puede aliviar el estrés y reforzar la relación, algo crucial en momentos tan difíciles.
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